El público boricua deliró con los boleros, éxitos y nuevos temas de Luis Miguel.
Ataviado con su usual traje negro y camisa blanca, el cantante mexicano Luis Miguel apareció
ayer ante el público puertorriqueño para, según dijo, hacer un recorrido por más de dos décadas
de éxitos.
"Gracias, muy buenas noches a todos; es un privilegio estar con ustedes esta noche", fueron las
primeras palabras del artista a la concurrencia, que lo aplaudía delirante. De inmediato, el
cantante anunció que se proponía cantar de todo: baladas, boleros, éxitos y canciones de su
nuevo disco "Cómplices".
"Quiero agradecerles a todas las incondicionales y a uno que otro cómplice", dijo en alusión
a dos títulos de sus éxitos.
Tres plataformas con unas escaleras de acrílico eran el elemento central en el sobrio escenario,
que el intérprete dominó sin necesidad de complejos efectos o utilería. Una sofisticada iluminación
sirvió para cambiar la ambientación en distintos segmentos del concierto. Al principio, predominaban
las luces en tonos rojos. Posteriormente, las luces cobraron matices azules y rosado intenso.
La velada comenzó con la proyección de un video de distintos momentos de su carrera. Al concluir
el recorrido de imágenes, Luis Miguel hizo entrada al escenario y cantó "Tu imaginación", a la
cual le siguió el pegajoso tema "Suave". Después entonó "Tú y yo", "Si te vas" y su éxito "Hasta
que me olvides". Desde el inicio, la fanaticada boricua se puso de pie y coreó las canciones.
El mexicano prosiguió su recital con un popurrí de los eternos boleros que hace unos años cobraron
nueva vida con su voz.
Para la segunda parte del concierto, Luis Miguel se cambió de vestuario para lucir una chaqueta
blanca, variación del estricto negro que favorece en muchas de sus presentaciones. Procedió a
interpretar temas como "Pensar en ti", "O tú o ninguna" y "Quiero".
A pesar de que por lo general se le considera un artista distante de su público, Luis Miguel se
mostró más simpático de lo que acostumbra. Incluso, mientras interpretaba "O tú o ninguna", se
sentó en el escenario y algunas fanáticas aprovecharon el instante para acercarse y tocarlo,
gesto que se repitió en otras ocasiones. Cuando él se inclinaba hacia las damas en las primeras
filas, que se empujaban unas a otras luchando por estrechar la mano del Sol de México, un
guardaespaldas agarraba al cantante para evitar que cayera hacia sus delirantes fanáticas.
Uno de los momentos más significativos de la velada fue cuando Luis Miguel dirigió el micrófono
al público durante su interpretación de "No sé tú", compuesto por Armando Manzanero y que forma
parte de su primera compilación de boleros, "Inolvidable", lanzado en 1991. Los asistentes cantaron
el tema prácticamente en su totalidad.
Al cantar "Amarte es un placer", las imágenes de velas encendidas propiciaron un ambiente íntimo
y romántico en el Coliseo.
La presentación, que contrario a conciertos anteriores no contó con la participación de mariachis,
también incluyó temas como "Si tú te atreves", "Bravo amor bravo" y "Estrenando amor", de su nueva
producción discográfica.
El cantante habló sólo en una ocasión con el público, pero durante toda la noche se mantuvo
haciéndole gestos y avivando a sus fanáticos.
El repertorio del concierto se completó con éxitos como el pegajoso "Suave", "Qué nivel de mujer",
"Tú y yo" y un popurrí de "oldies". En ese número, incluyó un tema que caracterizaba precisamente
lo que estaba sucediendo anoche en el Coliseo: "Cuando calienta el Sol".
Con su rítmico éxito de 1990 "Será que no me amas", el célebre mexicano se despidió de los miles
de boricuas que presenciaron el esperado concierto "Cómplices".