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Más simpático que nunca, Luis Miguel recorrió sus mejores canciones en el Hipódromo de Rosario

lacapital.com.ar
10/25/2012

El cantante mexicano arrancó su show con más de una hora y media de retraso, pero al final dejó más que conforme a su público. Pidió disculpas por el retraso y agradeció el aguante de sus fans "de tantos años".

“¿Cómo está Rosario? Qué placer enorme volver a estar con todos ustedes, muchas gracias por tanto cariño, arriba el ánimo. Quiero agradecerles su paciencia y decirles que vamos a tener de todo, nos vamos a poner románticos”, sorprendió Luis Miguel a las rosarinas con una especie de monólogo si se lo compara con los monosílabos (gracias Georges por la corrección) a los que acostumbra en sus shows.

cho más simpático, alegre, relajado e histriónico que siempre, el Rey apareció en escena una hora y 45 minutos después de lo previsto con la multitud impaciente por ver a su ídolo, que incluso ensayó algunos abucheos cuando el tiempo se estiraba en la noche.

Pero a Luismi le bastó sólo con cantar un par de temas para hacer olvidar a todos el malestar inicial, hasta se disculpó y reconoció el aguante de sus fans que lo acompañaron en estos 30 años. “Gracias al público de tantos años”, dijo con inédita expresividad.

La decena de recitales que Luis Miguel presentó en Rosario no registra antecedentes de tanta entrega del cantante mexicano a su público, siempre correcto y con calidad internacional. Luismi dedicaba escuetas palabras a las rosarinas –y rosarinos- y el show no era único sino más bien igual a todos.

El de ayer sí fue único e inolvidable. Con una estética espectacular, los éxitos de siempre, la voz poderosa del Rey que además se mostró muy amoroso y dedicado a su público.

Si bien arrancó con una demora irritante, el humor cambió cuando a las 22.35 el auto del cantante –super custodiado- ingresó al predio del Hipódromo. Las enormes pantallas de "led" simularon ser un telón rojo que se abría en medio de la ciudad de Las Vegas, y él apareció.

De impecable traje y corbata negra arrancó con "Mujer de fuego", nueve músicos en el escenario, una sola corista en el centro arriba y un guardaespalda que no le quitaba la mirada y se mantenía cerca de la estrella.

“Suave” fue la punta para iniciar el rito una vez más, como una reafirmación del encuentro que mantiene la fogosidad de la primera vez. "Vamos Rosario" arengó en el segundo estribillo y la gente respondió con más fuerza.

Siguió con "Si te vas" y las cinco pantallas "led" (de cristal líquido) -de unos tres metros de alto por dos de ancho- invadieron de colores el cielo oscuro de la noche de primavera.

Y llegaron las palabras, esas que suelen ser escuetas y esta vez fueron extensas. “¿Cómo está Rosario? Son todos muy amables. Qué placer enorme volver a estar con todos ustedes, muchas gracias por tanto cariño, arriba el ánimo y saludos a los de atrás, a los de la derecha, a los de la izquierda y a las de acá adelante. Quiero agradecerles su paciencia y su cariño. Gracias por acompañarme, que tengan buena noche”.

Enseguida volvió a su terreno más cómodo y abrió el juego para el primer bolero. “Este es uno de los temas más románticos que dice así...”, y empezaron los acordes de "Contigo en la distancia". A pura emoción las voces fueron una sola y hasta aparecieron algunas lágrimas entre las chicas que recordaron amores en espera.

"Se te olvida" dio lugar a los despechados para que siga el eterno “No sé tú" que la gente cantó de memoria. Y en la frase “Yo te busco en cada amanecer…” el grito fue uno.

Los aplausos estallaron y llegó "Por debajo de la mesa" con las notas en otros tiempos, pero igual Luismi esperó el ritmo de su gente.

Siguió con más boleros ahora enganchados, "La gloria eres tu" y "Bésame", en el que ensayó unos pasos sexy de baile dance.

“Me estoy volviendo loco”, cantó el Rey tostadísimo en “Sol, arena y mar”, para continuar con "Un hombre busca a una mujer", dedicada al amor posible. En una seguidilla con "Cuestión de piel", del disco 20 años.

En "Oro de ley" se acercó a las envidiadas de la primera fila y les dedicó una mirada y un roce de manos casi una por una. Luego "Esa niña" de su repertorio antiquísimo del disco “Busca una mujer” de 1988.

Y aparecieron las canciones de cuando el mexicano era un enano que revoleaba el pelo lacio. Este popurrí explotó con "No me puedes dejar así" del disco “Decídete” de 1983 para seguir con el delirio de "Palabra de honor" que provocó la efervescencia de las que aún recuerdan haber ido al cine a ver la película "Fiebre de amor" que protagonizó cuando era un niño.

Con "Entrégate" temblaron los corazones, para brindarse por completo con "La Incondicional" con el video de fondo a lo Top Gun junto a la jovensísima Verónica Varano. Igual ya casi todas aprendieron que mejor no ser la incondicional.

A una hora de iniciado el espectacular show, después de “Tú y yo”, Luismi se ausentó unos minutos pero reapareció con la misma vestimenta y escoltado por las pantallas entonadas en la gama del rojo.

Y volvió cantando "Come fly whit me" a dúo con Frank Sinatra que lo secundaba a sus espaldas desde las pantallas. Un gustito y una demostración más de su brillante voz.

Llegaron los tango, con bailarines y todo. Se animó a "Por una cabeza", "Volver" y el coro de mujeres cantó "me abrazaría a tu ilusión para llorar tu amor". Después "El día que me quieras" -más melódico- que terminó con una lluvia de pétalos de fondo para cerrar con el tango y el bandoneón al palo.

En "Dame tu amor" estuvo muy amoroso, simpático, se acercó un nene que navegó entre la nube de brazos y se llevó el preciado beso del mexicano que siguió con "Te necesito", bien pop. Sorprendió a las chicas de adelante con una rosa blanca. Varias de ellas se habrán dormido más felices con la "flor mas bella" que les regalo Luismi.

"Siempre faltan", exclamó Luismi puesto que todas querían su rosa. En el final "Que nivel de mujer" y las chicas de todas las edades bailaron sintiéndose deseadas por el Rey.

“Es "Decidete", ¿Se acuerdan?", preguntó cómplice a sus chicas y la cantó entera con el tradicional corito.

Al popurrí del cierre no le faltó nada (¡o sí! No cantó “Será que no me amas” y quedó trunco el bailecito de noche, lluvia, playa) con “Muchachos de hoy", "Si no supiste amar" que aturde cuando el coro de miles responde "ahora te puedes marchar". Todos los brazos arriba con la chica del “Bikini azul” e “Isabel” para cerrar con “Cuando calienta el sol”.

"Qué lindo público, gracias Rosario, hasta la próxima", se despidió por unos minutos para retirarse definitivamente con “Labios de miel”. Se quitó la corbata y el saco, se desabrochó un par de botones de la camisa y siguió prolijo con su chaleco. Sonriente cantó a cada una que necesitaba su luz, su fantasía mientras relajado recorría el escenario a pleno.

Estallaron los papelitos, pateó pelotas y se fue después de una hora 45 minutos a pura canción.

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