“NO QUERÍA QUE SE CONVIRTIERA EN CANTANTE”
“Esperaba darle una infancia tranquila, en cambio, le veo tan niño y siempre de gira por todo el mundo” Dice Marcela Basteri, madre de Luis. “Mi marido le compraba instrumentos musicales, yo se los tiraba”
Ciudad de México, Febrero.
La madre de Luis Miguel, está frente a nosotros, sentada en el sofá del enorme
salón de su casa. Se llama Marcela Basteri, tiene 38 años, es italiana, nacida
en Castagnola, un pueblecito de la provincia de Massa Carrara.
Hemos llegado a la ciudad de México con el fin de verla, para que
nos cuente su vida y la de su hijo Luis, el triunfador de San Remo.
Marcela Basteri, es una mujer fascinante. Alta, rubia con los ojos verde
grisáceo. Si no hablase tan bien nuestro idioma, no parecería italiana. Está
casada con el mexicano Luisito Rey, cantante de éxito en la década de los 60 y
músico, del que ha tenido además de a Luis, otros dos hijos, Alejandro de 12
años y Sergio de 2. “los tres guapísimos”, dice con orgullo Marcela Basteri,
“pero seguramente Luis es el que más me preocupa, soy italiana, y como todas las
madres de mi país, soy aprensiva, vivo siempre con angustia, me preocupo por
nada”
“SUFRO Y LLORO”
“Lo sé, tengo un hijo joven, bello y famoso al que aman todas las chicas, pero cuando no tengo conmigo a Luis porque está de gira, sufro las penas del infierno; quiero saber dónde está... si viaja en auto o en avión... si está bien... si come y si duerme... si se ha cambiado de camisa... si se ha bañado... todo esto me produce insomnio. Desde que tuvo tanto éxito, le veo poquísimo, no está en casa más de 15 o 20 días al año. Esto me hace sufrir y llorar, pero poco a poco me voy acostumbrando, me infundo coraje a mi misma y me digo “esta es su vida..., su camino... su futuro”. Luis es feliz porque es joven y desea aprender cosas nuevas. Yo no puedo seguirle porque debo cuidar de los niños pequeños, mi marido siempre está a su lado. Luis ofrece conciertos por todo el mundo: en México, California, Argentina, Brasil, incluso puede que también los de en Japón y Australia. Luis es tan famoso como Elvis. En España y Portugal, le adoran igual que a Julio Iglesias o Miguel Bosé, llegan centenares de cartas desde Madrid, de chicas, muchas le escriben para decirnos que mi hijo Luis es más guapo que Miguel Bosé. En Inglaterra, lo compararon con Tom Jones y los Beatles, sólo tiene 15 años, pero esta experiencia le ha convertido en un adulto.
Marcela Basteri, nació el 10 de Diciembre en Castagnola de Sopra, provincia de Massa Carrara. Emigró del país en 1957 hacia Argentina, cuando apenas tenía 11 años, para reunirse con su padre, Sergio Basteri, hoy 61 años, que había dejado Italia en 1947 en busca de trabajo y fortuna.
“He sufrido mucho en mi infancia” dice Marcela Basteri, “por eso, he intentado impedir con todas mis fuerzas, que Miguel fuera cantante. Quería tenerle siempre junto a mí, para darle una infancia tranquila y feliz, y también por otro motivo, me case con un cantante, y me ha llevado continuamente de gira por el mundo, una vida que me ha creado verdaderos problemas de adaptación y que no me ha permitido tener amigos. Siempre decía, mi hijo no llevará este tipo de vida, será médico, abogado... nunca cantante”.
“Pero desde muy niño, Luis manifestó su pasión por la guitarra y por el canto, aunque también quería estudiar. Su aliado, era el padre, ex cantante y ex músico, era obvio que Luisito, mi marido, desease en el hijo el gran éxito que él nunca tuvo. La pelea por eso era lo normal de cada día, Luis llegaba con una guitarra nueva y yo, la escondía, después la rompía y la tiraba a la basura. Pero una hora después, el padre regresaba con una nueva guitarra”
“Un día, padre e hijo, llegaron empujando un enorme piano de cola “queremos ver si eres capaz de tirarlo a la basura” me dijeron riendo satisfechos. Me rendí. ¿Qué podía hacer? Confabulaban contra mí.”
“Pero como madre tradicional italiana, tomaba mis pequeñas venganzas. Cuando los amigos de la escuela llamaban por teléfono preguntando si podían venir a casa a tocar el piano con Luis, yo les respondía, que lo lamentaba, pero que no podían, que el piano se había roto. Lo mío eran pequeños despechos, pero dentro de mí, debo admitirlo, estaba muy orgullosa de él y de su hermosa voz”.
“Es totalmente su padre” pensaba. Cuando mis amigos y mi familia se daban cuenta de que además de cantar Luis también era un chico guapísimo, orgullosa, yo les recordaba mis orígenes, decía: “igualito que su madre, que es italiana”.
“Me he rendido a tener a Luis lejos, en el mundo de la canción desde que tenía 12 años. Pensé haber vencido en mi batalla y que Luis de mayor se convirtiera en un estupendo médico o un magnifico abogado. Pero desconocía lo que mis “dos adorables enemigos” estaban tramando a mis espaldas”
“El 19 de Abril de 1982, era el cumpleaños de Luis, mi marido llegó a casa y nos invitó a todos a cenar fuera para brindar por el 12 cumpleaños de nuestro hijo”
“Llegamos a uno de los más famosos y caros restaurantes de la ciudad, descubrí que era una fiesta para nosotros “serán amigos de mi marido” pensé. A media noche en punto fue hasta una tarima en la que había una orquesta y anunció al publico de la sala, que allí se encontraba un muchacho con voz de oro, que sabía que pronto sería famoso en todo el mundo. Yo naturalmente, no pensé jamás que se estuviera refiriendo a nuestro Luis, pero cuando mi marido llamó al niño para que subiera al palco, me di cuenta de la trampa. Aquel muchacho, era Luis”
“No quería creerlo, no podía. Me sentí traicionada, me di cuenta que la mayor parte el público, estaba formado por gente de discográficas“
“No, tu no te mueves” dije, agarrando fuerte el brazo de mi hijo, “tu no te vas de aquí, te quedas conmigo, no quiero que seas cantante” él me dijo llorando “déjame mamá, déjame ir, no deseo nada más en la vida”
“Nada, ahora mismo te levantas y vuelves a casa conmigo” Pero no hubo nada qué hacer, Luis se soltó de mi mano y salió corriendo hacia el escenario, allí me quedé, triste, en una esquina de la sala”.
“Después, sobre el escenario, sucedió el milagro: nació una estrella. Luis con su cabello rubio, su flequillo sobre la frente, había tomado el micrófono y empezó a cantar alguna canción de Elvis Presley. Se movía igual que él. Cuando terminó, hubo una ovación general de toda la gente de las discográficas“.
“Es magnífico, es el muchacho que buscábamos para lanzarle en todo el mundo” oí que comentaban. Luis bajó del escenario y vino corriendo hacia mí “Mamá” me dijo “¿por qué no quieres? Yo te quiero muchísimo y quiero ser un gran cantante. No te olvidaré nunca, pero por favor... dime que estás contenta” le vi llorar, y entonces me rendí “está bien” le dije “sé que esto es lo que quieres, y mamá te desea toda la suerte y toda la felicidad. Estoy segura que llegarás a ser una estrella de la canción“.
“Dos meses después, mi hijo lanzaba “1+1=2 Enamorados”. Fue un éxito tremendo. Se vendieron millones de discos en todo el mundo. Después lanzó “Directo al Corazón” y con él, el primer disco de oro, después obtuvo otro disco de oro y dos discos de platino, y otro también en Argentina. En fin, con 13 años, Luis ya no vivía conmigo, sino que comenzaba a tener una consistente cuenta en el banco”
¿Quién administra? Le preguntamos a Marcela Basteri ¿el patrimonio de Luis?
“Lo administra mi marido, cuando sea mayor tomará posesión de esa fortuna. Además, mi marido no sólo es un estupendo músico también es un administrador muy hábil, de modo que para evitar una eventual devaluación del peso, que ya vale poco, ha invertido parte del dinero de Luis en casas. Las ha comprado por medio mundo, España, México, Argentina, Acapulco y por fin en estos días en Castagnola di Sopra, donde todavía vive mi padre. Decidió comprar ese palazzo, porque quiere regalárselo al abuelo. Hace tiempo ya que le telefoneó y le dijo: “Abuelo, quiero hacerte un regalo, ¿qué te gustaría? Te lo daré todo” Mi padre, un hombre tosco, a la antigua, le repuso, que el único regalo que deseaba era que le visitara”
“Otro día me llamó y me dijo, “mándame pronto un paquete de fotografías de Luis, delante de casa tengo decenas de muchachas que me las piden” Le hice caso, y ahora le imagino repartiendo las fotografías mientras cuenta la historia de su nieto” A Luis Miguel, ¿le gusta el dinero? Le preguntamos a la señora Basteri.
“Para nada, nunca lleva un céntimo, jamás va al banco, no quiere ver nunca una cuenta, Luis siempre dice: “para que me sirve el dinero, donde me encierro, nunca me hacen pagar nada” Cuando sea mayor empezará a comprender la importancia del dinero, entonces querrá un coche deportivo, independizarse en su propia casa, un barco... y podrá tenerlo todo, porque gracias al cielo, podrá permitírselo”
LASAÑA Y ESPAGUETI
¿Cuándo está en casa, cómo se porta?
“Lo primero que hace, es llamarme desde el aeropuerto y dice, “ mamá, prepara
espagueti, lasaña, chuletas a la florentina, achicoria amarga y el vino toscano”
Adora la cocina italiana.
Para cantar, ¿Luis ha tenido que interrumpir sus estudios?
“Esta es la única nota triste de toda bellísima fábula que mi hijo está
viviendo. Por el momento, sólo tiene el diploma de tercer grado medio, un día le
dije“ Luis, un chico no debe ser solo guapo y famoso, también debe ser culto.
Debe saber afrontar un discurso, llevar las cuentas, escribir una carta o la
letra de una canción” Esto último le hizo reflexionar y al día siguiente, por
sorpresa, se presentó en casa acompañado de un hombre y me dijo “mamá, este
hombre es un profesor, le he propuesto que me acompañe en las giras, para
enseñarme todo aquello que un chico debe saber, tendrá un sueldo mensual y
vivirá conmigo donde me aloje” Me sentí aliviada, ahora Luis viajaría junto a su
padre, los músicos de su casa discográfica y su maestro. Estudia y es brillante,
sobre todo en lengua. Espero que se presente a exámenes, porque un título sirve
siempre, aun cuando uno sea rico y famoso.
¿Le ha confiado alguna vez que estuviera enamorado?
“Siempre dice que está enamorado de todas las chicas del mundo, pero creo que ha
tenido tres “asuntillos” importantes: con una mexicana, una argentina y una
española; pero nada serio, cosa de chicos”.
¿DÓNDE ESTÁ LA ABUELA?
¿Luis ha ido alguna vez a ver al abuelo a Castagnola di Sopra?
“Sólo tres veces, pero le llama a menudo por teléfono, al menos una vez por
semana, los domingos cuando es seguro que mi padre esté en casa. La primera vez
que Luis fue a Castagnola, tenía 7 años, después volvimos cuanto tenía 14 años,
ya era una cantante famoso y había sido invitado a “Domenica in...” en fin, el
Septiembre pasado estuvo en casa del abuelo, siete días y le regaló una
motocicleta”
“La noche del triunfo en San Remo, lo primero que hizo fue llamar por teléfono, a mí y a su abuelo. Creo que estuvieron llorando juntos un buen rato por la conmoción, y no lograron hablarse. Deseaba tanto que mi hijo fuera famoso también en Italia, y ahora que lo es, estoy tan contenta por haberme dejado convencer de que le dejara cantar”
Señora Marcela, hablemos ahora de usted; a los 11 años dejó usted Italia para reunirse con su padre en Argentina, ¿qué recuerda de aquella experiencia? Y ¿por qué Luis habla siempre de su abuelo y jamás de su abuela?
“¿Me cree si le digo que desde el principio de esta entrevista estaba rogando en mi interior porque no me hiciera esta última pregunta? Me gustaría que no me preguntara por mi madre. Desgraciadamente es una historia larga y triste. Preferiría que esto, lo hablase directamente con mi padre, cuando regrese usted a Italia”
“Sólo puedo decirle esto, mi madre está viva, pero no vive con mi
padre, porque nunca se casaron, de hecho jamás vivieron juntos. En cuanto a mí,
a los 37 años, ojos que no ven, corazón que no siente.
Me dejó, en 1947, en un orfanato, cuando apenas tenía 1 año, para irse a vivir
con otro hombre después de que mi padre se fuera en 1947 a la Argentina en busca
de fortuna. Le dijo que en un tiempo, le mandaría dinero para reunirse, pero
ella ya se había enamorado de otro, y se liberó de mí dejándome en el orfanato;
mi abuela escribió a mi padre, contándole todo esto, y desde ese mismo momento
no quiso saber nunca nada más de mi madre.
No esperaba esa traición, aunque no estuvieran casados, podían vivir igualmente juntos y el matrimonio antes o después habría llegado. Ahora que ha sabido que tiene un nieto célebre, está haciendo de todo por que nos reencontremos y conocer a Luis.
Estoy luchando conmigo misma porque no sé cómo comportarme. No siento nada por ella, no la he visto en prácticamente 40 años y nunca la he querido, pero quién sabe, tal vez algún día aceptaré que nos encontremos, porque al fin y al cabo es mi madre, pero no olvidaré nunca que fue ella quien me abandonó en un orfanato.
No sé dónde vive hoy en día, creo que formó una familia y que tenía tres o cuatro hijos”.
El relato de Marcela Basteri termina aquí, volvemos a Italia, a continuar la biografía del nuevo “muchacho de oro” de la música ligera y he aquí que es originario de Castagnola di Sopra.
Aquí vive el padre de Marcela Basteri, el abuelo de Luis.
Es un hombre simpático, al que le gusta charlar, que no desdeña el buen humor,
como todos los toscanos. Se llama Sergio Basteri, está jubilado, pero de vez en
cuando continúa trabajando como albañil.
“Soy un joven mayor, al que sedujo y abandonó una mujer, mientras
que yo como emigrante trabajaba 15 horas diarias, para ahorrar y conseguir
reunirme con mi mujer en Argentina. Cuando me fui a Argentina, en 1947, dejé en
casa una maravilla de niña, Marcela. Siempre pensaba en ella, y en el día en que
podría volver a abrazarla; pero un día, supe por mi madre que la habían dejado
abandonada en un orfanato, y que mi mujer se había fugado del país con otro
hombre.
El primer impulso fue abandonar Argentina y volver a casa, para ir a buscar a mi
hija, pero en aquellos momentos el viaje en barco costaba muchísimo dinero y
duraba casi un mes. Estaba desesperado, no sabía qué hacer, trabajaba como loco
en el matadero de Buenos Aires, para reunir algún dinero, solo así conseguiría
abrazar de nuevo a mi hija. Tuve que esperar a que Marcela tuviera 11 años para
conseguir reunir el dinero necesario para que fuera a reunirse conmigo, veinte
días después, Marcela estaba conmigo en Buenos Aires.
Ahora todo el mundo dice que somos afortunados porque Luis es rico, pero una vez
en tierra extrajera fuimos pobres, sin amigos y sin un céntimo en el bolsillo,
pero teníamos toda la voluntad para hacer fortuna.