Su voz, su cara, sus discos, sus conciertos y sus novias: eso es todo lo que sabemos de Luis Miguel. No es poco.
Su voz brilló desde sus épocas de adolescente, sus discos tienen una producción impecable, sus conciertos no bajan de las dos horas y media de duración y sus novias... ¿Qué más puede decirse de sus novias? Es el soltero latino más codiciado y envidiado del planeta.
Eso sí: sus reportajes son escasos. La única vez que habló conmigo fue hace diez años en Los Ángeles y, como siempre pasa, 'el enigma Luismi' es más real en ojos de sus publicistas que en la mente del propio Luis Miguel.
"No le saques fotos ni le hagas preguntas personales", me habían avisado los publicistas. Cuando le comenté eso a Luismi, él hizo gestos como diciendo "no les hagas caso" y me dio permiso para... sacar todas las fotos que quisiera.
En ese reportaje publicado en Los Angeles Times, sobre sus inicios como estrella juvenil Luis Miguel confesó que "al principio era divertido, pero después de un tiempo sentí una presión horrible. No me gustaba lo que hacía y no estaba orgulloso de eso. Pero sí estoy orgulloso de lo que soy ahora".
Entre 1995 y 2005, "lo que soy ahora" no ha cambiado demasiado: salta del bolero a la ranchera al pop con la facilidad con la que enamora mujeres con las que, hasta ahora, sigue sin casarse.
"Soy una persona muy volátil", dijo Luis Miguel en 1995. "Ya sea que esté solo o trabajando, odio la rutina y siempre estoy tratando de hacer nuevos planes. Quizá sea por eso que le tengo un poco de miedo al matrimonio, porque he visto cómo funcionan algunas relaciones. Muchas veces, ese tipo de relaciones matan la pasión. Yo no quiero eso; quiero tener opciones".
Como de opciones se trata, en noviembre estará en Chile para presentar el vino 'Único. Luis Miguel', que se pondrá a la venta en un par de semanas.
La empresa escogió a Luismi "por su perfil latino, su fama mundial y por ser un conocedor de vinos".
Además, sabe cantar.