Probablemente Luis Miguel podría estar varios años sin venir a Chile y su éxito en el público continuaría igual.
Quizás podría no sacar discos durante un tiempo, pero de seguro su fanaticada nacional se mantendría constante.
Todo ello se da por seguro al ver como cerca de 54 mil personas se reunieron este fin de semana en el Estadio
Nacional y la Quinta Vergara para disfrutar de un impecable espectáculo musical del astro mexicano.
Con cuarenta minutos de retraso, Luis Miguel subió la noche del sábado al escenario del recinto deportivo en
Santiago para brindar un concierto que, a pesar de que tenía como finalidad presentar su nueva placa
"México en la piel", no dejó de lado sus antiguas joyitas que lo convirtieron en ídolo latino en los ochenta.
Tras romper un panel de papel, el azteca irrumpió como siempre bronceado y con un elegante traje negro,
para tener en su mano a cuarenta mil fans, por medio de su éxito "Qué nivel de mujer". De allí en adelante
histeria total.
Luego de los saludos del cantante, el show dio paso a varios medley de temas como "Dame tu amor",
"Suave" y "Sol, arena y mar", para pronto dar paso al momento más romántico de la noche a través de
los clásicos de su disco "Romance". "Contigo en la distancia", "No sé tú", "Inolvidable",
"El día que me quieras", "La historia de un amor", entre otros, formaron una recopilación de
éxitos que a esas alturas tenía al público femenino en el cielo.
poco comunicativo
Gracias al fanatismo y la ansiedad, las admiradoras no repararon en la poca expresividad de Luis Miguel
para con los asistentes, con quienes no interactuó, dedicándose a interpretar pero casi nunca a hablar.
Tras dos cambios de vestuario, el artista se rodeó de mariachis para ofrecer los temas de su nuevo disco,
"México en la piel", a los que sumó "La bikina". Luego su batería de temas giró hacia la nostalgia y a
diferencia del espectáculo ofrecido en Buenos Aires, Luis Miguel se decidió por regalar un medley de sus
clásicos más pop. "Decídete", "La chica del bikini azul", "Ahora te puedes marchar", "Isabel" y
"Cuando calienta el sol", que hicieron recordar a muchas su infancia y adolescencia.
alta calidad
Sólo con un raudo "gracias Santiago", Luis Miguel despidió su espectáculo de una hora cuarenta minutos, donde
siempre se mostró como el ídolo inalcanzable que para muchos es, tanto en sus planeados acercamientos al
público como en sus correrías por el escenario, y en su indiferencia frente a los múltiples regalos que le lanzaron.
El concierto cumplió con lo esperado en calidad, pero no mostró grandes variaciones con respecto al último
que ofreció el artista en Chile hace un par de años. Con un buen sonido, una prolija producción y en un
escenario sencillo rodeado de pantallas gigantes, dos coristas y talentosos músicos, el azteca dio muestras
de que mantiene su gran nivel vocal y artístico.
A pesar de la insistencia de sus fans, que incluso corearon "La incondicional", Luis Miguel no volvió al escenario.
Un dato interesante fue la farándula que llegó al recital. Como el apresurado Nicolás Massú quien se reunió con
la "tía Sonia". Otros que arribaron ansiosos fueron Bárbara Rebolledo, Vivi Kreutzberger, Irene Llano, Jorge Hevia,
Fernando Solabarrieta junto a Ivette Vergara, y Claudia Schmidt con Pilar Jarpa. Pero lejos quien más temprano
llegó fue Kenita Larraín, para así evitar el acoso de la prensa. Otro que llamó la atención fue Pablito Ruiz.
quien las ofició de notero para "La última tentación", de Chilevisión.
viña en el corazón
Durante la tarde de ayer, el mexicano tuvo su reencuentro con la Ciudad Jardín. Tras hospedarse algunas horas
en el Hotel del Mar, partió hacia la Quinta Vergara para ofrecer el segundo y último concierto de su visita.
Más de trece mil personas colapsaron el recinto viñamarino, para presenciar un concierto igual al presentado
la noche del sábado en el Nacional. La cita programada para las 21 horas, también comenzó con un retraso de
cuarenta minutos.
De vuelta a uno de los escenarios más simbólicos de su carrera, el artista se animó a afirmar que "a
Viña la llevo en el corazón". En ocasiones se hizo evidente como el artista corrigió en inglés a algunos
sus músicos.
En tanto, las seguidoras del artista disfrutaron plenamente de un recital en el que la despedida del cantante
no se logró escuchar, por lo que costó que el público asumiera que la anhelada y exitosa jornada había llegado a su fin.